Adiós al legendario diamante 3 de Mayo de Lorica
Por DEIBYS PALOMINO TAMAYO
Hace dos semanas comenzó el derrumbe de 47 años de historia. El emblemático templo del béisbol bajosinuano, el 3 de Mayo de Lorica, se fue al piso. En cuestión de días desaparecieron las vetustas estructuras construidas en 1964, después de una bucólica gestión colectiva de dirigentes políticos, deportivos y febriles aficionados del llamado ‘Rey de los deportes’.
En esa década, en Lorica se jugaba el béisbol y el fútbol a campo abierto en la plaza Santa Teresita, en el barrio del mismo nombre. La llamada Capital del Bajo Sinú y sus corregimientos era una cantera de peloteros. El resto de la comarca también lo era.
De San Antero, San Bernardo del Viento, Moñitos, Cotorra, Momil, Sabananueva, San Pelayo y Montería, llegaban novenas a las competencias regionales organizadas en Lorica. La fiebre y la afición crecieron.
LORICA NECESITA SU ESTADIO
En esos tiempos, Lorica era considerada la meca del béisbol; los ojos de los dirigentes, organizadores y entrenadores se volcaron hacia ella. La plaza Santa Teresita no era el escenario digno de semejante fama.
Desde la cabina de Radio Progreso de Córdoba, los cronistas deportivos Orlando Gómez del Villar, junto con Luis Alberto ‘El Pupy’ Payares Villa, Aquilino Manuel Palomino, Juan Burgos Luna, y su gerente, don Eugenio Sánchez Cárdenas, lanzaron una singular convocatoria llamada “Lorica necesita un estadio de béisbol”. Ese fue el sirenazo de todos los días en el programa ‘Mundo Deportivo’ que provocó el entusiasmo colectivo.
Paralela a esa exitosa campaña radial, el entonces alcalde, Carlos Ulpiano Calao, con su hermano congresista, Carmelo, gestionaron veinte mil pesos de auxilios públicos para adquirir el lote extenso del barrio La Gloria, al otro extremo de la plaza Santa Teresita.
En poco tiempo el lote ya era público. Pero vino el lío de los materiales para el nuevo estadio. Marcos Pineda Berrocal, ideó “la marcha del ladrillo”. La convocatoria consistió en donar ladrillos para levantar la mole principal del estadio. A la misma contribuyeron locutores, dirigentes comunales, beisbolistas y aficionados.
En pocos días se recogieron ladrillos por miles. Así nació el legendario 3 de Mayo de Lorica, en honor a su fecha de fundación, con una combinación de concreto y varas de mangle, para las graderías.
ESCENARIO DE ETERNOS DUELOS Y CLÁSICOS
Por la grama del 3 de Mayo han desfilado innumerables y memorables figuras cordobesas y costeñas de la pelota caliente. También recordadas novenas, con nóminas de lujo. No menos cierto es que ha sido escenario de inolvidables duelos de talla regional entre Tigres de Montería con Olímpica y Lotería de Córdoba. Y nacional con Colpuertos de Cartagena.
En la década del setenta jugaron novenas como la legendaria Coral Gable, de Estados Unidos; Ambasser y Empresas Estatales de Venezuela. Allí también jugaron las selecciones de Cuba y Norteamérica.
En este rosario de celebridades fechas y personajes también incluyen los memorables clásicos con Montería; igualmente entre Córdoba y Bolívar, eternos rivales.
Entre tantas fechas y capítulos anecdóticos, surgió la de una final entre Lorica y Montería. El juego de regreso correspondía jugarlo en el 3 de Mayo, con un juego en contra para los locales. Según los cronistas deportivos el juego en la capital de Córdoba no fue limpio, algo hubo que dejó la espinita del desquite sembrada.
Entre los monterianos corrió la leyenda de que algo pasaría en cancha ajena y advirtieron que no jugarían en Lorica y condicionaron una cancha neutral. La quejosa advertencia llegó a oídos del ‘Eugenito’ Sánchez Arteaga, gerente de la Lotería de Córdoba, patrocinador de la novena loriquera, quien movió sus influencias para militarizar el estadio con soldados de la Infantería de Coveñas (Sucre).
¡A ver si no quieren venir esos mañosos!, sentenció el ‘Eugenito’ Sánchez, que hizo rodear el diamante con carros militares. Finalmente el duelo lo ganó el glorioso Lotería de Córdoba.
Son muchas las páginas que para la historia del béisbol cordobés se escribieron en el 3 de Mayo. Por su gramado desfilaron figuras nacionales. Los hermanos Holbert y Unicartagena; igualmente el paracortos big leaguer Édgar Rentería; la temible leyenda cartagenera Abel ‘El Tigre’ Leal; el lanzador Isidro Herrera. Los locales, Víctor ‘El León’ Carrasquilla, quien hasta antes de su demolición fue su eterno inquilino. Con él los hermanos Eduardo y Jairo ‘Papolo’ Díaz, los lanzadores José ‘El Niño’ Correa, Manuel ‘El Zurdo’ Hernández, Remberto ‘Cascarrabia’ Morelo, Pedro ‘Basuca’ Franco y una nómina inagotable con Calixto Avena, también portero del Junior de Barranquilla, donde se ganó el remoquete de ‘El Cohete’. De esta memorable listado entran José ‘El Ratón’ Saavedra, Rafael Coavas, Rafael ‘La Pantera’ Puerta, Gabriel Julio, Domingo Mercado, Juan Fajardo y el cotorrence, Altránsito Romero.
RUBÉN CARABALLO, ‘EL APÓSTOL’
En la historia del templo beisbolero, no podía faltar el capítulo de Rubén Caraballo, bautizado por la crítica como ‘El Apóstol’ del béisbol bajosinuano. Disciplinado recio, don Rubén, el eterno empresario de cine, en los setentas y ochentas se echó al hombro la administración del estadio y la manutención de los clubes que representaban a Lorica.
Siempre fue rector del comportamiento de los jugadores previo a los encuentros. En un documental televisado don Rubén relató que en las noches salía en su monareta a pasar revista en las casas de sus pupilos. Ay del que no estuviera.
Pero también dejaba lo que tocara para que a sus familias no les faltara la comida. Eso lo subsidiaba con las taquillas del estadio y de las funciones de cine del Teatro Martha. En esta mítica sala de cine sus jugadores fueron los invitados de honor de la película mexicana Pequeños Gigantes, inspirada en la hazaña del lanzador Miguel Macías, de quien el pitcher loriquero, Marcelo Blanco, adquirió su estilo peculiar.
Ese padrinazgo del ‘Apóstol’ duró hasta que a mediados de los noventas el Teatro Martha proyectó Cinema Paradise en su última función. Desde ese momento el béisbol torneo regional. En el 2004 hubo un intento con el torno regional de Talentos, al que buena parte de la dirigencia en Córdoba se opuso, pero el certamen se inauguró. Ese día, don Rubén, en su estado de postración por una penosa enfermedad que lo llevó a la tumba, pronunció un quejumbroso discurso que erizó pieles y enlagunó ojos, con su acostumbrado estilo frentero y retador. Esa fue la última vez que allí estuvo.
ÚLTIMAS TEMPORADAS
En los últimos años se han hecho agónicos intentos de mantener vigente a Lorica como la mejor plaza beisbolera. En 2005 la novena local se coronó campeón en el Torneo de Talentos. En las siguientes temporadas, algunas llegaron al final, otras se quedaron a mitad de camino. Pero siempre la afición ha respondido. En la última de este año, la novena Titanes perdió el juego de despedida del estadio con San Antero.
Hace tres años, la capital del Bajo Sinú fue designada subsede de béisbol para los Juegos Nacionales 2012. Varias veces tambaleó esta posibilidad histórica. Finalmente la dirigencia local encabezada por la Gobernadora Martha Sáenz, la defendieron y hoy los loriqueros lo están creyendo porque ven el estadio demolido, hecho ruinas, para dar paso al nuevo estadio. ¡ A lo profundooooooo y noooo, no, no, no…..!
En nueve meses así se verá el nuevo escenario deportivo. |
En esa década, en Lorica se jugaba el béisbol y el fútbol a campo abierto en la plaza Santa Teresita, en el barrio del mismo nombre. La llamada Capital del Bajo Sinú y sus corregimientos era una cantera de peloteros. El resto de la comarca también lo era.
De San Antero, San Bernardo del Viento, Moñitos, Cotorra, Momil, Sabananueva, San Pelayo y Montería, llegaban novenas a las competencias regionales organizadas en Lorica. La fiebre y la afición crecieron.
LORICA NECESITA SU ESTADIO
En esos tiempos, Lorica era considerada la meca del béisbol; los ojos de los dirigentes, organizadores y entrenadores se volcaron hacia ella. La plaza Santa Teresita no era el escenario digno de semejante fama.
Desde la cabina de Radio Progreso de Córdoba, los cronistas deportivos Orlando Gómez del Villar, junto con Luis Alberto ‘El Pupy’ Payares Villa, Aquilino Manuel Palomino, Juan Burgos Luna, y su gerente, don Eugenio Sánchez Cárdenas, lanzaron una singular convocatoria llamada “Lorica necesita un estadio de béisbol”. Ese fue el sirenazo de todos los días en el programa ‘Mundo Deportivo’ que provocó el entusiasmo colectivo.
Paralela a esa exitosa campaña radial, el entonces alcalde, Carlos Ulpiano Calao, con su hermano congresista, Carmelo, gestionaron veinte mil pesos de auxilios públicos para adquirir el lote extenso del barrio La Gloria, al otro extremo de la plaza Santa Teresita.
En poco tiempo el lote ya era público. Pero vino el lío de los materiales para el nuevo estadio. Marcos Pineda Berrocal, ideó “la marcha del ladrillo”. La convocatoria consistió en donar ladrillos para levantar la mole principal del estadio. A la misma contribuyeron locutores, dirigentes comunales, beisbolistas y aficionados.
En pocos días se recogieron ladrillos por miles. Así nació el legendario 3 de Mayo de Lorica, en honor a su fecha de fundación, con una combinación de concreto y varas de mangle, para las graderías.
ESCENARIO DE ETERNOS DUELOS Y CLÁSICOS
En el viejo escenario se vivieron clásicos inolvidables. |
Por la grama del 3 de Mayo han desfilado innumerables y memorables figuras cordobesas y costeñas de la pelota caliente. También recordadas novenas, con nóminas de lujo. No menos cierto es que ha sido escenario de inolvidables duelos de talla regional entre Tigres de Montería con Olímpica y Lotería de Córdoba. Y nacional con Colpuertos de Cartagena.
En la década del setenta jugaron novenas como la legendaria Coral Gable, de Estados Unidos; Ambasser y Empresas Estatales de Venezuela. Allí también jugaron las selecciones de Cuba y Norteamérica.
En este rosario de celebridades fechas y personajes también incluyen los memorables clásicos con Montería; igualmente entre Córdoba y Bolívar, eternos rivales.
Entre tantas fechas y capítulos anecdóticos, surgió la de una final entre Lorica y Montería. El juego de regreso correspondía jugarlo en el 3 de Mayo, con un juego en contra para los locales. Según los cronistas deportivos el juego en la capital de Córdoba no fue limpio, algo hubo que dejó la espinita del desquite sembrada.
Entre los monterianos corrió la leyenda de que algo pasaría en cancha ajena y advirtieron que no jugarían en Lorica y condicionaron una cancha neutral. La quejosa advertencia llegó a oídos del ‘Eugenito’ Sánchez Arteaga, gerente de la Lotería de Córdoba, patrocinador de la novena loriquera, quien movió sus influencias para militarizar el estadio con soldados de la Infantería de Coveñas (Sucre).
¡A ver si no quieren venir esos mañosos!, sentenció el ‘Eugenito’ Sánchez, que hizo rodear el diamante con carros militares. Finalmente el duelo lo ganó el glorioso Lotería de Córdoba.
Son muchas las páginas que para la historia del béisbol cordobés se escribieron en el 3 de Mayo. Por su gramado desfilaron figuras nacionales. Los hermanos Holbert y Unicartagena; igualmente el paracortos big leaguer Édgar Rentería; la temible leyenda cartagenera Abel ‘El Tigre’ Leal; el lanzador Isidro Herrera. Los locales, Víctor ‘El León’ Carrasquilla, quien hasta antes de su demolición fue su eterno inquilino. Con él los hermanos Eduardo y Jairo ‘Papolo’ Díaz, los lanzadores José ‘El Niño’ Correa, Manuel ‘El Zurdo’ Hernández, Remberto ‘Cascarrabia’ Morelo, Pedro ‘Basuca’ Franco y una nómina inagotable con Calixto Avena, también portero del Junior de Barranquilla, donde se ganó el remoquete de ‘El Cohete’. De esta memorable listado entran José ‘El Ratón’ Saavedra, Rafael Coavas, Rafael ‘La Pantera’ Puerta, Gabriel Julio, Domingo Mercado, Juan Fajardo y el cotorrence, Altránsito Romero.
Hermanos Jairo 'Papolo' y Eduardo Díaz Peñata. |
RUBÉN CARABALLO, ‘EL APÓSTOL’
En la historia del templo beisbolero, no podía faltar el capítulo de Rubén Caraballo, bautizado por la crítica como ‘El Apóstol’ del béisbol bajosinuano. Disciplinado recio, don Rubén, el eterno empresario de cine, en los setentas y ochentas se echó al hombro la administración del estadio y la manutención de los clubes que representaban a Lorica.
Rubén Caraballo Núñez, 'El Apóstol' del Béisbol. |
Pero también dejaba lo que tocara para que a sus familias no les faltara la comida. Eso lo subsidiaba con las taquillas del estadio y de las funciones de cine del Teatro Martha. En esta mítica sala de cine sus jugadores fueron los invitados de honor de la película mexicana Pequeños Gigantes, inspirada en la hazaña del lanzador Miguel Macías, de quien el pitcher loriquero, Marcelo Blanco, adquirió su estilo peculiar.
Ese padrinazgo del ‘Apóstol’ duró hasta que a mediados de los noventas el Teatro Martha proyectó Cinema Paradise en su última función. Desde ese momento el béisbol torneo regional. En el 2004 hubo un intento con el torno regional de Talentos, al que buena parte de la dirigencia en Córdoba se opuso, pero el certamen se inauguró. Ese día, don Rubén, en su estado de postración por una penosa enfermedad que lo llevó a la tumba, pronunció un quejumbroso discurso que erizó pieles y enlagunó ojos, con su acostumbrado estilo frentero y retador. Esa fue la última vez que allí estuvo.
ÚLTIMAS TEMPORADAS
En los últimos años se han hecho agónicos intentos de mantener vigente a Lorica como la mejor plaza beisbolera. En 2005 la novena local se coronó campeón en el Torneo de Talentos. En las siguientes temporadas, algunas llegaron al final, otras se quedaron a mitad de camino. Pero siempre la afición ha respondido. En la última de este año, la novena Titanes perdió el juego de despedida del estadio con San Antero.
Con la demolición se van momentos gloriosos del béisbol. |
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