LA SOLEDAD DE ‘PITOSOLO’, EL EMBAJADOR DEL PORRO
Elio Francisco Ramos Guerra, nacido en un corregimiento de San Pelayo llamado La Madera, el 5 de noviembre de 1922, a sus 88 años de edad, deambula como un ermitaño con su flauta infantil quizá haciéndole honor a su apodo inmortal: ‘Pitosolo’. En las tardes suele tomar su flauta de juguete cual niño aprendiz y entona melodías por las calles de Lorica, la tierra que lo acogió en 1953, y poblaciones de Córdoba. Cuenta su hijo Adalberto que ‘Pitosolo’ tiene temporadas en las que sale de su casa y se pierde por días, semanas y meses, como si estuviera de gira artística. “Esa es una costumbre que no se la hemos podido quitar” – relata – “para ubicarlo llamamos a los amigos de bohemia de San Pelayo, Cereté y Montería hasta que damos con su paradero y lo traemos a la fuerza porque es un indomable”. Sentado en su butaca, ‘Pitosolo’ se ríe y dice “Si yo fuera rico no saliera a rebuscarme, pero como soy “repobre” me toca ganármela tocando flauta, y porque la gente piensa que yo me morí, por...